El viernes 25 de agosto de 2023, nos conmovió a los integrantes del colectivo de ancestrales de Colombia, grupo recientemente creado para unirnos alrededor del valor de las bebidas fermentadas de Colombia, la noticia del decomiso de la secretaria de salud de Bogotá de los Viches comercializados por marcas de empresas que compran Viches de productores del Pacífico y los comercializan en los bares y restaurantes más prestigiosos de la ciudad de Bogotá.
Dónde saben usar estás materias primas de la mejor manera con los mixer de botánicos y almíbar que manejan para darle valorar a estos destilados ancestrales y llevarlos a otro nivel, al punto de volverse unos de los destilados más populares en los grandes bares y restaurantes de Bogotá.
¿Aquí es donde no concuerda está persecución?
¿Por quién es promovida, a quien le conviene?
Son los Afros que no quieren que otros les ayuden a comercializar sus productos o son las licoreras departamentales que no quieren que esté destilado les quite mercado.
La verdad para nosotros no hay ganadores en esta persecución, si no perdedores, porqué a pesar de que no hay una reglamentación en el Invima y en rentas para el viche y las bebidas ancestrales, si hay una ley del viche y de la panela que permite producir y comercializar estas bebidas en Colombia.
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Los que perdemos somos todos las personas que estamos en la cadena de producción y comercialización. Desde los proveedores, productores, comercializadores y consumidores.
Porque al fin y al acabo todos nos necesitamos y si seguimos trabajando en equipo como lo estábamos haciendo hasta hora. Continuaremos logrando lo imposible, que era quitarle mercado al aguardiente y al ron, a el monopolio de las grandes Licoreras departamentales.
Que en verdad es el gran reto de los mercados artesanales. Enseñar al consumidor a tomar destilados 100 % colombianos de buena Calidad, con una historia por contar, con un propósito de resaltar lo nuestro por encima de todo y apoyar a las comunidades productoras.
La idea es seguir dando la pelea por el viche, La Tapetusa, El Chapil y tantas bebidas artesanales colombianas tan perseguidas durante siglos por el gobierno. Cómo si, la persecución y las certificaciones fuera la solución a nuestros problemas.
Creo que la solución está en unirnos, en valorar lo nuestro, que al fin y acabó es lo que hace fuerza. En dar a conocer nuestro patrimonio a cada uno de los colombianos. O si no por qué los extranjeros son los primeros en verlo y valorarlo antes que nosotros mismos los Colombianos.
Es por eso por lo que vivimos en una Colombia, una Tierra querida, en la que por no ponernos de acuerdo no salimos adelante.