Alimentación Antiinflamatoria

Alimentación Antiinflamatoria

Muchos de nosotros hemos padecido inflamación en el estómago, estreñimiento, pesadez y llenura. Y a pesar de que usamos con frecuencia diferentes medicinas para estas dolencias, estas ayudan, pero no erradican el problema.

Porqué el problema está en la relación entre la alimentación y estas dolencias. Y la solución médica solo está enfocada en lo terapéutico, basado en la prescripción de medicinas, con pocos recursos dedicados a la prevención.

Es por eso que debemos mejorar nuestra alimentación y nuestros hábitos de vida. Basar nuestra alimentación en el mundo vegetal. Consumiendo más Hortalizas, frutos secos, semillas, frutas, legumbres y un poco de proteína animal. Reducir el consumo de azúcares y alimentos azucarados, los aceites vegetales refinados y las carnes rojas y procesadas.

En cuanto al estilo de vida, tiene que ser más activo, somos muy sedentarios, debemos movernos más y practicar algún deporte. Un buen descanso y sueño también es imprescindible.

Escuchar nuestro cuerpo

También debemos aprender a escuchar a nuestro cuerpo. Él nos da pequeñas señales. Que se reflejan en síntomas como antojos, a trancones de comida, irritabilidad, ansiedad, llenura, cambios de humor, dolores de cabeza, hambre urgente, problemas para dormir y falta de energía.

Si sentimos estos síntomas, debemos ponernos en alerta, porque algo no marcha bien. En este caso, revisemos qué estamos comiendo y la cantidad de ejercicio físico que estamos haciendo.

Inflamación crónica

Un estilo de vida poco saludable también puede causar una inflamación crónica de bajo grado. Los malos hábitos como fumar, no hacer ejercicio, no dormir lo suficiente, ir a la cama después de comer, sin permitir al cuerpo hacer una buena digestión, o llevar una dieta alta en carbohidratos refinados pueden contribuir a la inflamación crónica con el tiempo.

La inflamación crónica mantenida en el tiempo contribuye a un mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares. Como: ataques cardíacos, obesidad, cáncer, diabetes, artritis, asma, Alzheimer y depresión.

Comer demasiado azúcar puede provocar picos en los niveles de glucosa en la sangre, lo que conduce a la resistencia a la insulina y la inflamación crónica. La hiperglucemia también puede causar la oxidación de los ácidos grasos almacenados en las células grasas, contribuyendo así a la inflamación crónica.Realiza tu Test de Micriobiota Intestinal

Además, los niveles elevados de azúcar en la sangre promueven la constricción de los vasos sanguíneos y la acumulación de plaquetas, lo que puede favorecer la formación de coágulos de sangre y la aparición de trombos en arterias y venas.

El excesivo consumo de azúcar también puede conducir al aumento de peso y al exceso de tejido adiposo, especialmente alrededor de la cintura, lo cual promueve la activación de células inmunitarias que secretan sustancias químicas proinflamatorias.

Hábitos saludables

Además de una buena alimentación, mantener estilo de vida saludable y prevenir enfermedades debemos incluir el ejercicio físico, la exposición al sol para obtener suficiente vitamina D, dormir bien, desintoxicar el cuerpo con algún ayuno, disminuir el consumo de alcohol, eliminar el tabaco y manejar el estrés.

Obstáculos para mejorar hábitos

El principal obstáculo es la resistencia al cambio y la comodidad de seguir con nuestros hábitos y nuestras creencias. Es por eso que muchas veces nos vamos por lo fácil y conveniente que es comprar alimentos ultraprocesados y listos para consumir en lugar de comprar productos frescos y cocinarlos en casa. Para superar estos obstáculos, debemos desaprender y cambiar nuestras creencias, tomar conciencia de que es primero nuestra salud.Curso de Alimentación consciente banner

Inhibir la inflamación en nuestra Microbiota

Las bacterias que habitan en nuestro intestino pueden estimular o inhibir la inflamación crónica. Las bacterias que pueblan nuestro intestino y las sustancias químicas que liberan varían según los alimentos que consumimos.

Algunos alimentos promueven el crecimiento de las bacterias proinflamatorias, mientras que otros fomentan el crecimiento de las bacterias antiinflamatorias. La dieta occidental rica en grasas vegetales refinadas, grasas saturadas y rica en azúcar promueve el crecimiento de una microbiota inflamatorio.

Cuando comemos alimentos antiinflamatorios, no solo descienden los marcadores de inflamación, sino que nuestra microbiota también sufre un cambio en su población. Seguir un determinado estilo de alimentación basado en una baja ingesta de azúcar y una alta ingesta de fibra promueve una gran diversidad en la microbiota.

La dieta mediterránea es capaz de modular la microbiota intestinal, aumentando su diversidad. Favorece una microbiota beneficiosa el consumo de probióticos, ya sea como alimentos fermentados como el: chucrut, kimchi, kombucha, kéfir, yogur, miso, tempeh.suscribete a nuestro blog

Abrir chat
1
¡Escríbenos!
¡Hola!👋
¿Te gustaría saber más?