Cómo lo hemos dicho varias veces en alimentación consciente, somos lo que comemos.
Hoy en día no nos enfermamos de infecciones como en el pasado por falta de asepsia, por qué los alimentos están procesados y con certificados de calidad. Hoy en día por lo que más nos enfermamos es por las enfermedades asociadas a la obesidad: Diabetis, hipertensión, cáncer, alzheimer. Por qué consumimos es ultra procesados y productos que tienen mucha asepsia, por los químicos que llevan, que de tanto consumirlos nos provocan las enfermedades dichas anteriormente.
Además del estilo de vida que llevamos hoy en día, pareciera que vivimos en automático, sin conciencia de las actividades diarias que estamos haciendo. En actividades tan simples como comer, muchas veces ni nos tomamos el tiempo de saber que estamos comiendo, de dónde vienen estos alimentos, como los preparan, que sabores tienen. En el mundo en que vivimos tenemos muchos beneficios gracias a la tecnología, pero pareciera que nunca tenemos tiempo.
Vivimos en un ajetreo y estrés constante que a menudo pasamos por alto la conexión profunda entre los alimentos que comemos y cómo afectan a nuestras emociones. Pues los alimentos que elegimos consumir pueden tener un impacto en nuestro estado de ánimo, energía y salud y bienestar. Cada bocado que tomamos puede influir en nuestras emociones, ya sea que estemos conscientes de ello o no.
La influencia de los alimentos en nuestras emociones, el cerebro y el sistema nervioso desempeñan un papel crucial en la forma en que experimentamos las emociones. Y no es sorprendente que la dieta que seguimos pueda influir directamente en su funcionamiento. Alimentos como el chocolate amargo, las nueces y las semillas contienen nutrientes que promueven la liberación de serotonina, una sustancia química en el cerebro conocida como la hormona de la felicidad.
En cambio, los alimentos ricos en azúcar refinadas y grasas saturadas, como los dulces, la comida rápida y los ultra procesados pueden tener efectos negativos en nuestro bienestar emocional. Pueden brindar una sensación momentánea de gratificación, su consumo excesivo puede provocar fluctuaciones en los niveles de azúcar en la sangre y afectar negativamente nuestra estabilidad emocional.
Consejos para una alimentación consciente
1. Incorporar alimentos ricos en nutrientes
Frutas y verduras frescas, granos integrales, proteínas magras y grasas saludables como el aguacate y el aceite de oliva. Estos alimentos proporcionan los nutrientes necesarios para el funcionamiento adecuado del cerebro y pueden contribuir a una sensación general de bienestar.
2. El poder de los antioxidantes
Presentes en alimentos como los arándanos, las espinacas y los tomates pueden ayudar a combatir el estrés oxidativo en el cerebro y mejorar la salud mental.
3. Evita los alimentos procesados
Los alimentos altamente procesados suelen ser ricos en grasas saturadas, azúcares y aditivos artificiales. Estos ingredientes pueden desequilibrar las emociones y el hipotálamo que es el órgano que regula la saciedad.
4. Escuchar el cuerpo
Poner atención a las señales que el cuerpo nos envía. Come cuando tenemos hambre y no comer más cuando nos sentimos satisfechos. A veces, nuestras emociones como la ansiedad pueden llevarnos a comer más de lo normal o a recurrir a alimentos con exceso de azúcar para saciar la ansiedad como forma de consuelo.
5.Ejercicio
El hacer ejercicio con frecuencia hace que el organismo libere hormonas como la serotonina de la felicidad que nos ayuden a sentirnos mejor. Además, que al estar activos usamos las reservar de grasa de nuestro cuerpo y mejoramos nuestra circulación sanguínea, respiratoria y digestiva que fortalece nuestro sistema inmune contra enfermedades.