La cocina de asalto es aprovechar los alimentos que tenemos en nuestra nevera y despensa para preparar platos rápidos con lo que tenemos a la mano. O en otros términos asaltar nuestra nevera o la de otra persona para hacer de comer.
Hay que tener en cuenta que para lograr aprovechar mejor los alimentos disponibles y cocinar de manera rápida, no solo basta con las ganas. Pues debemos conocer de técnicas de cocción, recetas, tener habilidad manual y creatividad.
Hacer magia con las sobras es cocina de asalto
Convertir ingredientes olvidados en nuestra nevera en deliciosas recetas, requiere de práctica. Además, el tema de la sostenibilidad se ha vuelto una prioridad hoy en día, por lo que la comida de aprovechamiento o de asalto se convierte en una alternativa inteligente y respetuosa con el medio ambiente.
Esta práctica consiste en utilizar aquellos ingredientes que suelen ser desechados o desvalorizados, dándoles una segunda oportunidad en la cocina. Al aprovechar al máximo cada alimento, no solo se reducen los residuos, sino que también se pueden crear buenos platos con creatividad.
Inspirarnos en nuestra tradición siempre va a hacer un buen aliado para la comida de asalto. La comida de asalto tiene raíces en la tradición culinaria de muchas culturas alrededor del mundo. Pues los diferentes pueblos aprovechaban sus recursos disponibles para hacer de comer con lo que tenían.
Los esclavos por ejemplo creaban muchos de sus platos de esta manera y hoy en día la cultura afro se distingue por su gran recursividad para usar sus alimentos. También la cocina italiana con sus famosas sopas minestrone, hasta el potaje español de garbanzos con sobras de cocido, o el sancocho en Colombia. Cada cultura ha encontrado formas ingeniosas de transformar sobras o sus recursos disponibles en auténticos manjares.
Por ejemplo, un simple pan duro puede convertirse en unas deliciosas migas, al igual que la arepa vieja paisa con huevo se convierte en migas. Las pieles de vegetales pueden convertirse en chips crujientes, mientras que los huesos de carne pueden servir como base para hacer un caldo. La clave está en dejar volar la imaginación y experimentar, puede que a la primera no salga también, pero cada receta se va mejorando.
No solo se trata de reducir el desperdicio, sino también de disfrutar de sabores, al mezclar alimentos que nunca nos hubiéramos imaginados, descubriendo nuevas combinaciones y texturas. Por ejemplo, un boll de Quinua con las verduras picadas finamente que tengamos, una mermelada de cáscaras de cítricos, que por lo general botamos y que también nos sirven para nuestros cócteles.
Aquí te presentamos algunas ideas para inspirarte:
Croquetas de Sobras:
¿Sobró pollo asado o pescado? Aprovechar las sobras y convertirlas en deliciosas croquetas. Desmenuza la carne y mézclala con pan rallado, huevo, hierbas aromáticas y condimentos. Da forma a las croquetas y se fríen hasta que estén doradas y crujientes.
Papas rellenes:
Aprovechar las sobras de carne del día anterior, molerlas y sofreír con hogao y usarlas como relleno en una masa de papa, para luego pasar sobre huevo y llevar al aceite. Es uno de los manjares colombianos.
Sopa de Verduras o ramen:
¿Tienes vegetales que están a punto de marchitarse en tu refrigerador? Prepara una sabrosa sopa de verduras. Pica las verduras en trozos pequeños, saltéalas con aceite y añade caldo de verduras y añadir papa para que espese. Deja que hierva a fuego lento hasta que los vegetales estén tiernos y sazona al gusto. Con el Ramen arrancar con una base de ajos, pimientos, cebolla y jengibre. Añadir al caldo una copa de soya.
Estos platos eren típicos de nuestras abuelas que con gran creatividad usaban lo que tenían a la mano y les alargaban la vida a nuestros alimentos para no perderlos y aprovecharlos de la mejor manera.
Ensaladas Creativas:
Las ensaladas son una excelente manera de aprovechar ingredientes diversos. Utiliza hojas de vegetales, como espinacas o lechugas, y agrega restos de pollo, carne o pescado asado. Añade también nueces, semillas, frutas frescas o deshidratadas, y adereza con un aliño casero.
Puré de Papas:
Si vas a hacer puré de papa, no deseches las pieles. Lávalas bien, sécalas y colócalas en una bandeja de horno con aceite de oliva y especias. Hornea hasta que estén doradas y crujientes, y sírvelas como acompañamiento crujiente para tu puré de papas.
¿Tienes frutas maduras que ya no quieres comer frescas? Prepara mermeladas caseras. Trocea las frutas y cocínalas a fuego lento con azúcar y un toque de limón. Añade especias como canela o vainilla para darles un toque especial.
Mejor dicho las posibilidades son infinitas con la comida de asalto o aprovechamiento.