Provenza sumergida en los altos precios

Juan Camilo RiveraProvenza una de las calles más famosas de Medellín Colombia por sus restaurantes, bares y vida nocturna a tenido mucho reconocimiento, hasta la han nombrado como una de las calles recomendadas a visitar en el mundo por revistas de renombre mundial.

Figuras mundiales de Reguetón como Bad Bunny y Carol G la nombran en sus canciones y tiene su templo del Reguetón en la discoteca El Perro Negro.

Dentro de toda esta parafernalia también existe una transformación que han tenido que vivir cada restaurante y bar de este lugar por la fama y el turismo desbordado. Que ha hecho que circulen ríos de gente por sus calles y altos precios.

Antes que está calle de Medellín fuera tan famosa y fuera hasta peatonal. Lo cual es positivo para acceder más fácilmente a los lugares de encuentro. Era difícil encontrar mesa para comer o tomarse un trago, porque todas los bares y restaurantes estaban ocupadas.

Hoy en día es todo lo contrario, todos los bares y restaurantes están medio vacíos. Las personas en ves de estar sentadas y consumiendo como antes; Se la pasan caminando y la razón principal puede ser los altos precios. Pues muchas personas se marchan de el lugar elegido molestos después de pagar una alta cuenta que no corresponde a la experiencia recibida.

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Es si no ver lugares como el social, que está en el centro de todo Provenza y que tuvo que ampliar su oferta de mesas hasta tomarse toda la cuadra y subir su infraestructura a tres pisos; Y que hoy luce vacío ante los ríos de gente que no se sientan a consumir por temor a que les cobren 14.000 pesos Colombianos por una Cerveza Águila y 60.000 por una picada de mini papas rellenas. Productos populares de una tienda de barrio de Medellín en los cuales no cuesta la Cerveza Águila más de 4.000 pesos y una picada de mini papas rellenas 5.000.

Es decir los restaurantes y bares multiplican por * 4 en ves de multiplicar * 3 los costos, para poder sacar sus precios de venta; Y pagar a sus proveedores, trabajadores, el arriendo del local, los servicios públicos y al gobierno los impuestos.

Cada ves cierran y abren nuevos restaurantes y bares que no sobreviven a está transformación, porque no alcanzan a cubrir sus costos con las ventas que generan. En cambio las pequeñas licoreras y puntos de comida callejera están creciendo más que los anteriores lugares por ofrece mejores precios así sea de menor calidad.

Lo más triste de todo es que los lugares más emblemáticos de esta Calle Famosa de Medellín. Se han olvidado de su público más importante que son los locales, los que realmente sostienen los negocios, porque son los que repiten y generan más del 50% de las ventas y la verdad ahora los locales no quieren repetir. Pues a esos precios, mejor nos vamos a otro lugar. Y los turistas que no son más del 50% de las ventas no repiten. Prueban una ves y no vuelven.

Todavía no está todo perdido, en atraer de nuevo a los locales con precios competitivos está la solución y en buscar que el boom del turismo no afecte más el bienestar de los ciudadanos, que cada ves nos sentimos más desplazados ante la cantidad de vendedores ambulantes, vendedoras sexuales, basura acumulada y el precio de los arriendos desbordados en la ciudad por el boom del turismo.

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