Los efectos de la mala educación alimentaria

Mala educación alimentaria

Se nos ha hecho creer que comer sano es cuidar nuestro aspecto físico, no nos han educado en alimentación, en descubrir todos los beneficios a nivel salud que aportan los alimentos, somos lo que comemos, en aprender a usar los alimentos de la mejor manera. Toda la vida nos han dicho que comer sano es estar en una cárcel, vivir a dieta, invertir más tiempo, con esa mala prensa, es normal que la gente no se quiera sumar. Nos lo han inculcado todo al revés.

Nos han dicho que la alta gastronomía está asociada con el lujo. Hoy en día, el verdadero lujo es que perdure. No se puede observar el mundo evolucionar y quedarse estancado en el pasado. El lujo es un mundo que marca tendencias y crea impulso. Como en todas partes, es esencial redefinir el lujo: ya no se trata simplemente de comer productos nobles, porque son raros y caros; el lujo radica en el cuidado dado a productos saludables para la tierra y para los seres humanos, y por lo tanto en el tiempo dedicado por los productores y luego por los chefs para crear un momento de placer.

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Un buen ejemplo es el café de Colombia, que es el mejor del mundo, pero lastimosamente los colombianos no lo apreciamos, porque no sabemos consumirlo, no nos tomamos el tiempo, de estudiarlo y conocer sus variedades y sus procesos, porque todos los cafés no saben igual y por que no hay necesidad de agregarle azúcar, por que un Café Especial de Colombia no es amargo, es mas dulce y acido.

El uso completo del producto es una formidable restricción creativa, hoy en día la cocina nos pide trabajar con una base en plantas, es parte de este deseo de destacar los alimentos, de comer saludable y darles un lugar en el mundo de la gastronomía, si queremos seguir maravillándonos con el despertar de la naturaleza y los placeres que lo acompañan. El placer tiene que tener sentido y ser sostenible en todos los sentidos.

En Alimentación Consciente nunca hemos estado de acuerdo con las dietas, aunque sabemos que, por problemas de salud, son útiles en algunas ocasiones, para nosotros la alimentación es un disfrute, no es una restricción, como una cárcel comiendo bien en semana para que llegue el fin de semana y nos liberemos, puede que nos demos gustos el fin de semana, pero no tantos excesos, por que ahí es donde, no tiene sentido el esfuerzo de la semana, porque no se disfrutó, fue obligado. Ese fin de semana la persona va a hacer todo lo que pueda y, cuanto más ilegal, mejor.

La escasez y restricción nos hace comer peor y no deja de ser cultura de dieta. La prohibición llama al deseo y a veces sólo lo comemos porque es ese día libre y ni siquiera porque nos apetezca.

Si cambiamos el enfoque y comemos saludable, porque se sienta mejor y nos hace sentir mejor nuestro organismo, cuando tengamos ganas de dulce o de grasa no lo podemos comer, como cuando nos comemos un dona y no todo el paquete en un día. En cambio, si las donas están prohibidos, el día libre nos zampamos cinco. Es como en la pandemia, cuando el papel higiénico estuvo escaso. Vivir en escasez nos hace ir por más.

Tour de cocina tradicional

Es un error prohibir grupos de alimentos. Nuestro organismo los necesita, puede que en alguna patología concreta la dieta keto tenga beneficios seguida por un profesional, pero a groso modo en la sociedad no necesitamos eliminar lo carbohidratos. Pero eso vende. En cambio, si te dicen que no comas verduras, eso no da dinero.

No hay ningún alimento prohibido, ni buenos o malos porque todo depende del conjunto de la alimentación y del contexto. Lo que proponemos es identificar los ingredientes que sólo aportan placer, pero no salud. Debemos aprender a llevar una alimentación consciente y saber cuándo tiene cabida un alimento de forma puntual, como en un cumpleaños una rebanada de torta. O quizá sea un antojo o unas ganas de dulce momentáneas. Todo depende de la frecuencia. Somos de los que pensamos que un dona al año o no hacen daño.

Una forma fácil de diferenciar un procesado saludable de un ultra procesado en el supermercado es que tengan pocos ingredientes, se entiendan las palabras y la modificación es muy escasa. La misión que tienen los ultra procesados es alargar la vida útil del producto o seguridad alimentaria, para tener menos perecederos en los inventarios del supermercado. Eduquémonos en alimentación, no lo hagamos de manera automática, seamos conscientes.suscribete a nuestro blog

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