¿Comes, o te alimentas? ¿Comes por hambre, por ansiedad, por saciedad? O te alimentas con conocimiento o consciencia. Aquí está el detalle en alimentarte con conocimiento, pues antes de introducir un alimento a mi boca, me lo debo pensar dos veces.
Este pequeño detalle hace que lo que comamos, tenga sentido para nuestro cuerpo, osea que sabemos y somos conscientes, de donde viene, que materias primas tiene, que procesos tiene, como lo elaboran, que nutrientes tiene. Ahí está cimentada la alimentación consciente y no todo el mundo crecerá contigo en este proceso, algunos no estarán de acuerdo y se alejaran. Cómo cuando comenzamos una dieta.
El reto con el cambio de dieta, es no abandonarla y no abandonar a los familiares y amigos en el camino.
Podemos seguir una dieta, y compartir con nuestros familiares y amigos aunque a veces es incómodo, por qué compartiremos el momento, pero no los alimentos. La idea es escoger comidas más sanas basadas en el conocimiento y no en el placer. Aunque de repente hay contradicciones con los demás.
La alimentación consciente es un camino para mejorar, ya que como seres humanos estamos programados para buscar status social y el compartir alimentos nos ayuda a buscar ese status social. Siempre los grupos han tenido jerarquías como en la actualidad. Hoy y ayer nos sentimos mejor cuando ganamos status social, medido por el aumento de la serotonina en el sistema nervioso. Y sabemos que estás hormonas que generan estas sensaciones de placer están conectados con nuestra macrobiótica y cerebro. Nuestra razón, alimentación, estilo de vida está conectado.
También adquirimos a lo largo de la evolución otros atributos menos deseables. Sentirnos desesperados y deprimidos. Vivir obsesionados por el número de likes ,seguidores, ansiedad de comer.
Todas estas discapacidades tienen la misma estructura, al principio nos causan placer, pues en algún momento ayudaron a nuestros antepasados a replicar sus genes, pero al pasar, el placer nos causan dolor.
Los Estoicos sostienen que los placeres que ansiamos son efímeros. Nos pasamos la vida buscando gratificaciones inmediatas: La próxima papa frita, el próximo encuentro sexual, el próximo like, la próxima nota, el próximo ascenso laboral, el próximo carro, la próxima casa. No es un error, si no una funcionalidad, diseñada, por los genes de nuestros ancestros.
Existe un programa evolutivo para impulsar a los organismos a comportarse en aras de sobrevivir hasta procrear, consta de 4 principios:
1. Conseguir aquellas cosas que contribuyan a sobrevivir hasta procrear: comida, sexo, poder, fama y fortuna. No conseguir estás cosas, causa: Envidia, celos, rencor, codicia.
2. El placer de conseguir estás cosas debe ser efímero,ya que mientras esto dure no volverán a conseguir otras cosas. El dolor de no conseguir estás cosas, debe ser duradero, para que persistan en su intento por conseguirlas.
3. El animal debe enfocarse mucho más en el placer o en el dolor de no conseguirlas. Que en el hecho de que este placer o dolor se disipe.
4. Esta programación debe permanecer invisible para el sujeto. Por qué la selección natural no quiere que seamos felices, simplemente que seamos buenas cadenas transportadoras.
Para liberarnos de ese programa, podemos usar la razón y la conciencia. Gracias a nuestra razón podemos hackear nuestra programación, desviando los impulsos que heredamos de nuestros ancestros, hacia otros más conducentes de nuestro florecimiento que son los que nos permiten mejorar nuestra alimentación.
La misma programación evolutiva, que nos permitió florecer como especie, nos impide florecer como individuo.
Si nuestro objetivo es disfrutar de una vida de pleno de sentido. Floreciente, feliz y tranquila, el dolor a la perdida de status no solo es inservible, si no contraproducente.
A menos que el ser humano actúe conscientemente, quienes nos rodean, estarán dirigidos por su programación evolutiva. Por lo que buscarán ganar status social a nuestra costa. Y Si lo permitimos sus acciones, destruirán nuestra tranquilidad. Para impedirlo debemos hackear nuestra programación evolutiva, con nuestra razón.
