La alimentación consciente y la soberanía alimentaria van de la mano, sobre todo desde la compra de los alimentos. Cada ves que compramos un alimento, es cuando nuestra consciencia debe intervenir.
Cuando revisamos su origen, procedencia, quien lo cultiva, en donde, en que condiciones, usan pesticidas, como es el terruño, o terroir, cuanto viaja hasta nuestro lugar de origen, lo que equivale a contaminar mas a medida que aumenta el tiempo de transporte. Es cuando estamos siendo conscientes en la compra de alimentos.
Como es su vida útil, es un alimento fresco o un altraprocesado, cuanto dura, con que ingredientes le alargan su duración, es por eso que recomendamos leer las etiquetas nutricionales, para saber de qué este hecho, si tiene químicos añadidos terminados en osa, que no entendemos, es ahí cuando se convierte en un ultraprocesado y deja de ser un alimento, porque no está vivo, se convierte en un ser inerte.
A quien le estamos comprando los alimentos a campesinos, mayoristas, supermercados, minoristas, tiendas.
Ejemplos de soberanía alimentaria que hemos perdido:
El maíz: Casi todo el maíz que consumimos en Colombia es importado de los Estados Unidos, sin sabor o con un sabor demasiado dulce, por que es la especie de maíz que predomina en estas latitudes y el origen del maíz es de Mesoamerica, el antiguo mundo entre México y Suramérica.
En Antioquia hemos perdido el maíz capio para hacer la teja (arepa de arriero) y pandequeso que tenia mas vida útil, por ser hecho con este tipo de maíz, que producía menos hongos y por ende los arrieros lo utilizaban para sus viajes.
La papa: En Colombia importamos muchas de las papas que consumimos y la papa es de los Andes y de tener muchas variedades solo nos quedamos con cuatro, por no valorar nuestra despensa alimentaria.
La caña de azúcar: Colombia es el país con más consumo per cápita por habitante de panela a nivel mundial y con la mayor productividad por hectárea en la región del Valle del Cauca. Desafortunadamente todo el alcohol de caña para producir nuestros aguardientes y rones lo importamos. En ves de comprarlo a nuestros campesinos.
Frijol: El frijol cargamanto que es la variedad típica para la bandeja paisa, la cual la estamos importando, la producción en Colombia ha venido disminuyendo cada vez, inclusive en San Vicente Ferrer Pueblo del Oriente Antioqueño, llamado la despensa del frijol cargamanto.
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Por eso no es una falacia que mucha parte de los ingredientes de la bandeja paisa se han importados como: El frijol, el chicharron con nos envían de Estados Unidos por el TLC, el maíz para hacer las arepas.
Ese es el llamado a ser más conscientes de todo lo que compramos para no perder nuestra soberanía alimentaria.
Es por eso que los invitamos a volver a cocinar, Colombia tiene un legado culinario, que no se puede olvidar, cada ves que dejamos de cocinar nuestros platos tradicionales, perdemos nuestra soberanía alimentaria.
En nuestras manos esta no perder nuestra soberanía alimentaria. Colombia se puede convertir en una gran despensa agrícola mundial, tenemos todos los climas, tierras para cultivar. Es de saber aprovechar todo el potencial que tenemos.
El valle del Sinu y del SAN Jorge es el segundo valle mas productivo del mundo después del Valle del Nilo. Gracias a nuestras tres cordilleras tenemos ventajas para cultivar el mejor Café, Aguacates y Cacaos del Mundo.
Esta Guerra entre Ucrania y Rusia nos a demostrado que no debemos depender de los fertilizantes importados y que podemos hacer una agricultura mas orgánica, que no dañe el medio ambiente.
Nuestros campesinos tienen todo el potencial para cultivar alimentos mas sanos sin pesticidas, solo debemos apoyarlos comprando con consciencia y de esta manera ayudamos a mejorar su nivel de vida, no se trata de regalar, pero si de pagar lo justo y valorar lo que tenemos.
No todo lo barato es mejor, por el precio. A la larga lo paga nuestra salud y nuestro bolsillo por consumir más ultraprocesados, en vez de consumir más alimentos frescos, que alargan nuestra salud, bienestar y el bolsillo de los campesinos.
El campo se está despoblando, los jóvenes no lo quieren trabajar, cada ves emigran mas a las ciudades en busca de oportunidades, sabiendo que en el campo pueden estar las oportunidades. La solución no es llenando nuestras ciudades de barrios a la periferia de personas emigrantes del campo desarraigadas y sin muchas oportunidades laborales. La solución esta en mirar al campo, de otra manera, valorarlo para no perder nuestra soberanía alimentaria.