Las tres BBB

Juan Camilo RiveraSiempre en Antioquía hemos hablado de las tres BBB (Bueno, bonito y barato) para todo tipo de cosas, el mejor restaurante, hotel, el mejor supermercado.

Esta frase se ha vuelto de cajón y hasta chistosa que desde muy niño me hablaban del mejor pueblo el de las 4 FFFF (Frío, faldudo, feo y Fijuehp).

Esto, aunque parece chistoso, es algo común en nuestra geografía, que al ser tan montañosa existen pueblos con estas características.

Lo cual me lo creí hasta mi juventud, que fue cuando comencé a visitar todos estos pueblos y a darme cuenta de que, aunque los pueblos de las 4 FFFF podrían ser faldudos y fríos, no podrían ser feos y menos fijuehp, por qué estos lugares enclavados en las montañas guardan una magia única y unas personas tan auténticas y cordiales que los hacen maravillosos.

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Todo lo anterior me ha llevado a reflexionar en que un alimento no puede ser bueno por ser barato, un alimento es bueno, por su origen, porqué nos nutre, está fresco, nos alimenta de verdad, no porque le añadan químicos para bajar su precio hace que sea bueno, más bien hace que sea barato.

Y para mí es la razón para repensar el término de las 3 BBB y más bien lo cambiemos por estas 3 BBB (Bueno, bonito, buen precio), por qué buen precio, por qué es lo justo a pagar por el valor recibido.

Ósea pagamos por algo que no solo es bueno, bonito, si no por el valor que nos da. Su calidad, su honestidad, sus valores, no por una marca. Por qué no necesariamente por ser una marca posicionada es mejor.

Empresas que no venden sino es por precio y marca

Muchas empresas en estos momentos de desabastecimiento, crisis de contenedores, suba de precios, aumento de la inflación. No son capaces de subir sus precios por miedo a perder sus clientes. Lo cual hace que sucedan dos cosas o pierdan dinero o bajen la calidad de sus productos.

Por lo general sucede lo segundo, sin darnos cuenta a nosotros los consumidores. las empresas nos bajan la calidad para mantener los precios, lo cual no es honesto.

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Lo correcto sería explicar a los clientes y consumidores por qué nuestros productos cuestan más y por qué estaríamos dispuestos a comprarlos. Pero la realidad es que a las empresas y vendedores les parece más fácil bajar calidad en vez de subir los precios.

Esto hace que en muchas empresas los vendedores vendan por precio y no por su profesionalismo y asesoría para enseñar los beneficios, la propuesta de valor de su producto o servicio.

Y por marca por qué el cliente confía ciegamente en la marca y no se toma el trabajo de leer los ingredientes y de comparar con otros productos, para saber si lo que le venden está bien hecho.

Vendedores no venden, les compran

Siempre que escucho esta frase de algunos jefes, me doy cuenta de que al juzgar un vendedor de esta manera están errados.

Por qué precisamente a los consumidores y clientes no les gusta que les vendan, les gusta es comprar, qué les ofrecen algo que les da valor y lo perciben y se sienten a gusto por cómpralo, por qué saben lo que les aporta.

En lo que sí estoy de acuerdo con algunos jefes es que muchos vendedores toman pedidos y no asesoran. Es decir, solo venden sin sentido, sin capacitarse, sin enseñarle a sus clientes las virtudes de su producto o servicio, sin conocer lo que venden, sus atributos, ventajas, propuesta de valor frente a la competencia.

No son profesionales y este tipo de actitud hace que los vendedores sean remplazados por Call Center, ecomerce, watts y otras herramientas que ayudan a tomar pedidos.

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